26 de noviembre de 2017

¡Nos vamos de excursión!

¿Qué mejor forma de completar el proyecto de los castillos que viendo con nuestros propios ojos todo aquello de lo que habíamos estado hablando en clase? 

Así que cogimos el autobús y pusimos rumbo a Cebolleros. 


Allí vimos un castillo diferente, no se había construido para defenderse de los enemigos, no tenía foso ni puente levadizo y tampoco era de la época medieval.                                                                          Es un castillo construido por afición con cantos rodados del río Nela, Serafín Villarán pasó 20 años dedicados a este sueño y tras su fallecimiento sus hijos continuaron con él. 


Después nos dirigimos hacia Frías, y por fin llegó la esperada hora del almuerzo. 


Por último entramos al "Castillo Grande", así fue como lo llamaron ellos cuando les pregunté qué fue lo que más les gustó de la excursión. 

Entramos por lo que antiguamente habría sido un puente levadizo, pasamos sobre el foso y llegamos al patio de armas, vimos las almenas, la torre del homenaje, el pozo, nos asomamos por sus ventanas y comprobamos por qué se construían los castillos en las zonas más altas, ¡vaya vistas teníamos desde allí arriba! 
 No subimos a la torre ni a la parte superior porque nos parecía un poco arriesgado con tantos niños, así que para los que no hayan estado ya con sus papás, que no pierdan esa oportunidad, quedaron encantados. 


















Pasamos un día estupendo, nos respetó el tiempo y se portaron genial en su primera excursión. 

Espero que lo compartieran con vosotros.

¡Hasta la próxima!




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